Cálida habitación compuesta por dos camas con cabeceros de principios de siglo niquelados. Logra recrear un agradable espacio que invita al relax. Su techo aboardillado otorga a esta habitación unas vistas directas al cielo… y a las estrellas.
Su nombre, “Fuentidueña”, es una noble localidad cercana, por donde el río desgrana susurros en el ramaje de los frutales y en las laderas cubiertas de vides. La entrada a la villa causa impresión; palacios e iglesias destacan entre el caserío. Arriba la muralla a modo de corona rota y destartalada.