Nos encontramos con un precioso espacio abuhardillado, lleno de luz y frescura, logrando recrear un ambiente de armonía y equilibrio.
Su nombre, “La Molinilla” evoca al antiguo molino cuyos restos se encuentran en la margen derecha del meandro que allí forma el río. Se cuenta, que aún hoy se escucha el chirriar de los carros que llegaban cargados de grano y lino y el rotar de la noria movida por la fuerza del agua.